El pasado 4 de junio la Presidenta del FMI, Christine Lagarde, presentó en Washington su informe anual sobre la economía estadounidense. Durante dicha presentación, Lagarde recomendó a la Reserva Federal (Fed) que aplazara la subida de los tipos de interés, prevista para este año, al menos hasta el primer semestre del 2016. Según el FMI, a pesar de la expansión continuada de los fundamentos en EEUU, la tasa de inflación de los salarios no está prosperando al nivel deseado. Lo cual podría suponer un riesgo, si el incremento de los tipos tuviera lugar en los próximos meses. Desde nuestros servicios de asesoramiento fiscal sabemos bien que la subida de los intereses por una de las principales potencias económicas del mundo, podría tener un efecto dominó negativo para los países que se encuentran dentro de la zona euro.

Todo indica que las recomendaciones de Lagarde han pillado por sorpresa al Fed, ya que no es habitual que el FMI hable tan claro sobre las consecuencias de este tipo de acciones. Sobre todo, en cuestiones relacionadas con la toma de decisiones del banco central estadounidense.

Los tipos de interés en EEUU se han mantenido estables entre el 0% y el 0,25% durante los últimos nueve años, con el objetivo de paliar las consecuencias del estallido de la burbuja inmobiliaria que desencadenó una grave crisis financiera mundial. Sin embargo, dada la ligera recuperación económica, la FED se planteaba subir los tipos de interés en el segundo semestre de este año.

En el informe de revisión anual del FMI se reducen las previsiones de crecimiento de la economía norteamericana hasta situarse en un 2,5% a lo largo del presente año 2015. En cuanto al crecimiento para el 2016, de momento se mantiene estable.

Desde tgs-edisa nos hacemos eco de las puntualizaciones de fuentes del FMI, que establecen que la subida de los tipos en EEUU podría alimentar la volatilidad financiera global. En este sentido, la presidente de la Fed, Janet Yellen, respondió al argumento de la institución monetaria internacional señalando que dejando claras sus políticas económicas se pueden evitar malentendidos, que den lugar a crear esa volatilidad en el mercado.